Hacer que la gente se sienta mal por los PC que utiliza es un extraño intento de ser popular, pero parece que Microsoft podría estar haciendo precisamente eso.
Según Windows Latest (se abre en una nueva pestaña), la actualización de Windows 11 de enero de 2023, que sigue desplegándose a personas de todo el mundo, ha empezado a mostrar una nueva marca de agua en el escritorio que dice «No se cumplen los requisitos del sistema».
Cuando se lanzó Windows 11, venía con un complejo conjunto de requisitos, que incluía la necesidad de TPM 2.0 (Trusted Platform Module), una característica bastante oscura que dio lugar a que muchos PCs y portátiles que de otro modo habrían sido capaces de ejecutar Windows 11 sin problemas (como lo hicieron con Windows 10), fueran considerados no aptos para el sistema operativo.
Llevó a una situación en la que se decía a personas con PC nuevos y potentes que no podían ejecutar Windows 11, así como a personas con hardware más antiguo que hasta ese momento no habían sentido la necesidad de actualizarse.
No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran soluciones que permitían instalar Windows 11 a personas con hardware que no cumplía los requisitos mínimos recomendados, y durante un tiempo parecía que podían ejecutar el sistema operativo sin TPM 2.0.
Hora de dar la lata
Sin embargo, parece que Microsoft no se conforma con dejar que esto continúe, ya que está probando a poner una marca de agua visible en los escritorios de los PC que no cumplen los requisitos. Aunque Microsoft no está bloqueando las actualizaciones de esos equipos (todavía), puede que a algunas personas la marca de agua les moleste lo suficiente como para actualizar su PC.
Molestar a la gente para que se gaste dinero en actualizar su hardware es sin duda una forma arriesgada de poner a la gente de tu parte, y por parte de Microsoft, es probable que afirme que estas marcas de agua actúan como una advertencia de que el PC que se está utilizando no es seguro.
Ese argumento podría ser más persuasivo si Microsoft dejara más claras cuáles son las ventajas del TPM 2.0. El hecho de que la gente que ha estado utilizando Windows 10 (e incluso Windows 11) en dispositivos sin TPM 2.0 sin ningún problema también socavará las afirmaciones de Microsoft.
En su lugar, es probable que sólo moleste a la gente, y la mayoría ignorará cualquier marca de agua, o encontrará una solución para eliminarla. Mientras tanto, las personas que simplemente no pueden permitirse un nuevo hardware podrían sentir que la marca de agua les avergüenza por los dispositivos que utilizan.
En lugar de adoptar este enfoque, Microsoft haría mejor en destacar la importancia del hardware compatible con TPM 2.0 o (mejor aún) cambiar los requisitos de Windows 11 para que más gente pueda utilizarlo oficialmente.
Estaremos atentos para ver si Microsoft acaba incluyendo la marca de agua para todo el mundo en las próximas actualizaciones de Windows 11.